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Es ley el etiquetado frontal de alimentos
Tras varias horas de intenso debate, la Cámara de Diputados
convirtió esta noche en ley el proyecto que obliga a los productores de
alimentos envasados a incluir un esquema de etiquetado frontal con octógonos
negros que adviertan sobre los excesos en materia de azúcares, sodio, calorías
y de grasas saturadas y totales.
El proyecto, que obtuvo media sanción del Senado hace un
año, se aprobó con 200 votos positivos frente a 22 negativos y 16 abstenciones.
Si bien la mayoría de los legisladores apoyó en términos generales la
iniciativa, varios plantearon objeciones y se abstuvieron de votar algunos de
sus artículos. Otro grupo de diputados –en su mayoría de Pro– rechazaron la
iniciativa por considerar que el esquema de octógonos previsto en la iniciativa
resulta “hostil y estigmatizante” y que, en lugar de propender hacia una
educación en materia alimentaria, impone censuras y prohibiciones.
El oficialismo, en la voz de la presidenta de la Comisión de
Legislación General, Cecilia Moreau, defendió la iniciativa y retrucó los
cuestionamientos a la ley, al enfatizar que no prohibirá la comercialización de
ningún producto.
¿Por qué es importante que haya
una ley de este tema?
Las normas sobre etiquetado están desactualizadas y no dan cuenta del impacto
sobre la salud y el ambiente de un producto. Un etiquetado frontal sería el
antecedente necesario del etiquetado de huella de carbono, que permitiría ver
la trazabilidad del ciclo productivo y encaminarse hacia un consumo más
sostenible.
“Con esta ley vamos a subir un escalón en la prevención de
la salud y en garantizar los derechos de todos los argentinos. El octógono
negro de advertencia es la forma más eficaz de comunicar la presencia o
ausencia en nutrientes críticos en los alimentos. Hoy estamos rodeados de
productos ultraprocesados con exceso en grasas, sal y azúcares. Las etiquetas
son engañosas y a veces ilegibles; los consumidores tienen el derecho a saber
qué es lo que está consumiendo e ingiriendo”, enfatizó la legisladora, quien
advirtió que el 66% de la población en nuestro país tiene sobrepeso y el 32%
padece obesidad, mientras que el 42% sufre presión alta.
En la misma línea, la diputada oficialista Liliana Schwindt
enfatizó que esta ley es de salud pública, pues apunta a prevenir enfermedades
como la diabetes, la hipertensión y la obesidad. “Constituyen una pandemia
silenciosa”, advirtió.
En la vereda contraria, los diputados Carmen Polledo y
Alejandro García, de Pro, anticiparon fuertes críticas al proyecto. “Comparto
la idea general del proyecto de promover una alimentación saludable de los
productos que consume la población –sostuvo Polledo–. Su objetivo es poner en
cada paquete un octógono negro por cada nutriente crítico que excede el límite
sugerido y prohibir que se informen sobre las cualidades positivas que este
contenga. Hay una posición de fanatismo de imponer de que hay una sola forma
posible de etiquetado, cuando no la hay”.
“Debemos pensar en un sistema de etiquetado integral y
completo. El cambio se construye educando y no se impone por la fuerza, nadie
está autorizado para modificar ni dirigir los hábitos de los demás”, enfatizó.
El diputado y presidente de la Comisión de Acción Social y
Salud, el oficialista Pablo Yedlin, admitió que, por su condición de tucumano y
oriundo de una provincia azucarera, le resultó difícil pronunciarse sobre esta
ley. “El azúcar es un elemento que puede derivar en el sobrepeso, pero no es un
veneno, en absoluto. Muchos edulcorantes tendrán que explicar cuán saludables
son. Igualmente voy a votar a favor, pero no debe creerse que con los octógonos
negros se va solucionar el sobrepeso y la obesidad. Eso no fue demostrado en
Chile y México, donde rige el etiquetado frontal”, sostuvo.
“En general, es un proyecto virtuoso y pudo haber sido
mejorado”, sostuvo Yedlin, quien propuso que el nuevo rotulado solo sea
incorporado en los alimentos procesados y ultraprocesados y que queden eximidos
los productos dietarios y los destinados a la lactancia.
De qué se trata la
ley
En términos generales, el proyecto de ley propone regular el
etiquetado de los alimentos envasados al incorporar un esquema de rotulado que
advierta cuando un determinado producto tenga exceso de nutrientes críticos en
cinco categorías: grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o
calorías. Para definir el umbral por sobre el cual se considera que un producto
tiene nutrientes “en exceso”, la ley tomó como referencia el perfil de nutrientes
diagramado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que establece
parámetros de consumo y alimentación.
Según esta iniciativa, las bebidas y los alimentos
procesados deberán llevar octógonos negros de al menos un 5% del tamaño de la
cara principal del envase cuando su composición supere un umbral mínimo en cada
uno de estos componentes. Es decir, puede llevar uno o más sellos negros.
El objetivo es que el consumidor reconozca una advertencia
sobre las características del producto. Chile (2016), Uruguay (2018), Perú
(2019) y México (2020) son los países de la región con esquemas de advertencia
similares al que se propone localmente.