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Mamá vs. trabajo

De un lado del ring la mamá que quiere quedarse en casa al cuidado de los chicos, del otro la mujer que no está dispuesta a abandonar su carrera o empleo. ¿Qué hacemos cuándo se presenta esta lucha interna? ¿Cómo tomar la mejor decisión?

¿Cómo se produce el desprendimiento de la mamá y el bebé?  
El desprendimiento no tiene solo que ver con la inserción de la mujer en otros ámbitos. Debe suceder aún cuando la mamá permanece en su casa sin salir a trabajar. El desprendimiento es parte de la estructuración psíquica de un niño. Si no se produce se establece una relación simbiótica con una pérdida de identidad muy grande por parte del niño y esto va generando marcas que influirán en él a lo largo de su vida.

¿Qué hacer para que el desprendimiento no sea tan brusco cuando salimos a trabajar?
No hay manera de salir a trabajar de manera paulatina, por eso es importante organizar con tiempo dónde y con quien dejar al niño. De esta manera se logra aligerar la angustia que normalmente se provoca en la mamá. En el niño todavía no hay demasiado registro. Incluso hasta regula sus horarios de sueño cuando la madre está trabajando, casi como una cuestión natural.
Es muy común escuchar que el niño necesita a su mamá en los primeros años de vida. Incluso hay culturas que no le permiten a la madre separarse de su hijo hasta los tres años de edad.
Esto depende de las cuestiones culturales. Desde la post modernidad en la cultura occidental el ideal es el de la mujer que puede trascender los límites del hogar. Y aquí tenemos que incluir al padre, ya que esta relación triangular es la que va a posibilitar no solo que la mamá pueda adecuarse mejor, sino que el niño pueda estructurarse psíquicamente de una manera positiva.
 
¿Cuáles son las funciones que los padres pueden delegar?
Las cuestiones específicas del cuidado del niño como preparar una papilla, por ejemplo, pueden ser delegadas en otros. El lugar de los padres aparece como insustituible cuando nos referimos al afecto, al ordenamiento impulsivo de la vida de un niño, a marcarle ideales y rumbos. 
¿Qué sucede cuando decidimos quedarnos en casa a costa de sentirnos frustradas en nuestra vida laboral?
Es importante no proyectar sobre los hijos las frustraciones propias, porque el hijo que lleva esa cruz sobre la espalda no se la va a poder sacar más. Los hijos no deben convertirse en centro de frustraciones. Uno no debe posicionarse ni como toda mujer, ni como toda madre, ni como toda profesional. Ser toda madre es lo peor que le puede pasar a un hijo, porque la toda madre obtura el lugar del niño. Hay que darle espacio, hay que dejar que aparezca el hueco, la falta,  que en definitiva es lo que lo ayuda a crecer. 

¿Qué pasa con la culpa?
Las mujeres funcionamos mucho con la cuestión de la culpa en relación a los hijos y siempre  un desprendimiento es un hecho que deja marcas en la vida. Lo que sucede es que en el primer momento del puerperio, la madre debe  adecuar la vida a una nueva presencia y eso lleva un tiempo. Con los posteriores embarazos y partos eso se va repitiendo y es más costosa la vuelta al trabajo cuando tenés tres o cuatro niños. Pero hay que recordar que ellos se crían tan rápidamente que en poco tiempo pueden organizar su mundo fuera de la casa y es la mujer la que queda centrada en esa postura de haberlo dado todo y haber quedado sin nada. Queda con la sensación de vacío y la culpa termina convirtiéndose en hacer sentir culpable al otro de lo que se perdió.

¿Cómo confiar en una guardería o niñera?
Se necesita tener confianza en las personas a las que dejamos al cuidado de nuestros hijos. Haciendo un buen trabajo de entrevista previa se puede dar con la persona indicada. Debe hacerse con tiempo y no un día antes de volver al trabajo.  En muchas guarderías los chicos no reciben un trato diferenciado. En mi opinión lo mejor es dejar al niño bajo el resguardo de una persona que lo va a cuidar sólo a él.
El principal miedo que se presenta en los padres es que algo les ocurra a los chicos durante su ausencia. Los riesgos están siempre, con los padres o sin ellos,  en la casa o en la guardería, siempre hay peligros en la vida. Si quedamos anclados en la situación de riesgo y de miedo, nunca vamos a poder hacer nada para que ese niño empiece a formarse de un modo sostenido en la vida. Los riesgos son parte de la existencia humana.

¿En el plano laboral, la mujer se ve más afectada que el hombre por la llegada de un hijo?
Las mujeres vienen ocupado roles tan importantes en el mundo, pero aún así aparecen, en nuestra cultura tradicionalista, situaciones de discriminación hacia la madre que trabaja. Esto es producto de la sociedad machista en la que vivimos. Será cuestión de que las mujeres sigamos luchando por más lugares de inserción. 

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Entrevista a la Lic. Rosa Adenur. Psicóloga. 








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