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Piojos, el terror de las madres

Una de las más duras e interminables batallas, libradas por las madres desde hace mucho tiempo, es nada más y nada menos que contra los piojos. Mientras buscamos la manera de exterminarlos, ellos van creando resistencia a los medicamentos, continúan irritando a nuestros hijos y desatando la furia de un ejército de mamás, dispuestas a acabarlos para siempre.

Cuando los piojos llegan a la cabeza de un niño, causan una afección cutánea en el cuero cabelludo, llamada Pediculosis. Se manifiesta con una fuerte picazón en la nuca, detrás de las orejas, en el cuello y torso. Las lesiones ocasionadas por el rascado pueden llegar a sobre infectarse.

La transmisión de produce de persona a persona.  No podemos contagiarnos de animales. El piojo no tiene alas, por lo tanto no puede volar y tampoco salta como cree mucha gente.  Lo que hace este molesto visitante es trasladarse de una cabeza a otra, por medio de peines, cepillos, sombreros, almohadas, toallas, accesorios para el cabello y cualquier otro elemento de uso personal.

Puede vivir hasta 30 días en la cabeza de una persona y se alimenta succionando su sangre unas cuatro veces por día. Las hembras llegan a poner hasta 200 huevos (liendres) en todo su ciclo vital. Las liendres se ubican a lo largo del pelo y no se contagian. Tardan entre siete y quince días en eclosionar y pueden llegar a confundirse con caspa o descamación.

Madres al ataque

Si el niño ya tiene piojos, rápidamente se debe poner en marcha un plan de acción. El primer paso es consultar al pediatra, quien recomendará un tratamiento a seguir.  Hay muchos medicamentos de venta libre, pero sólo el especialista sabrá cual es el adecuado en cada caso.

Luego habrá que lavar con agua caliente la ropa de cama, vestimenta y elementos de aseo personal.  Y para terminar con los piojitos en casa, es muy importante la extracción manual con peine fino, que deberá hacerse a diario, dividiendo el pelo en sectores y llevando un estricto control. Los chicos podrán asistir a la escuela, pero sería conveniente avisar a la maestra, para que tome las medidas de prevención correspondientes.

¡Ojo con los piojos!

Como es mejor prevenir que curar, prestá atención a los siguientes consejos:

1.     Lavar el cabello frecuentemente

2.     Revisar periódicamente las cabezas de los pequeños

3.     No intercambiar objetos que se utilicen para la higiene del niño

4.     Las niñas deberían usar el pelo recogido para ir a la escuela

Sabías qué?

Si bien no existen estadísticas oficiales, se estima que cada año unos 2 millones de argentinos contraen pediculosis. Fuente: Sociedad Argentina de Dermatología

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Con el asesoramiento de Marina Rico. Médico Pediatra MP. 4025





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