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Violencia de género y medios de comunicación
El tratamiento que dan los medios a un tema tan sensible como el de la violencia de género, muchas veces termina re-victimizando a quien sufre y sufrió por un delito que se cometió en su contra. La proliferación de detalles invadiendo su privacidad, las especulaciones, las aventuradas hipótesis, los prejuicios, y las fuentes sin chequear vulneran aún más sus derechos.
Cuando una mujer
sufre o ha sufrido violencia de género se habla de victimización primaria. Una
vez que el hecho ha sido denunciado y comienza un proceso penal, la víctima
puede enfrentar actos de victimización secundaria, ya que se verá obligada a
revivir lo ocurrido y sentirá que se vulnera su intimidad con preguntas y hasta
con cuestionamientos machistas en algunos casos.
Pero existe una
victimización terciaria, que aparece cuando se involucran los medios de
comunicación y la víctima del delito queda expuesta, identificada o
identificable y rotulada ante la opinión pública. Individualizada por los datos
que se publican o individualizable por
la sumatoria de datos que se dan a conocer. Ese es un nuevo motivo o factor
desencadenante de nuevos sufrimientos
que no tiene que ver con el primero o el segundo. Tiene que ver con la
estigmatización social.
Hoy en los medios
se prioriza la noticia que vende, la historia que genera más puntos de rating y
en muchas ocasiones el sujeto que sufre pasa a ser un objeto. El periodismo
muchas veces habla de “crimen pasional” cuando un delito nada tiene que ver con
lo pasional o con el amor romántico. Decir “hay amores que matan” frente a
millones de personas es frivolizar y hasta justificar un crimen. Es
desresponsabilizar al agresor y cargar “la culpa” sobre la víctima, invirtiendo
la carga de la prueba. Cuando esto
ocurre muchas veces la mirada acusadora se dirige hacia la víctima: “algo habrá
hecho para motivar semejante arrebato”.
Por lo general hoy
no se protege la identidad de la víctima y muchas veces se la pone en riesgo o
se perjudica a su entorno divulgando datos que permiten individualizarla a ella
o a sus familiares. Se brindan demasiados detalles, se traen a colación temas
como la infidelidad, las adicciones y las discusiones, muchas veces perdiendo
de vista el punto central de la información: la violencia.
Otro error que se
comete habitualmente en los medios es no chequear la fuente o buscar el
testimonio de cualquier vecino o allegado cuando ni siquiera saben mucho del
tema, pero que se acercan a opinar seducidos por las cámaras. En el afán de dar
primero la noticia, muchas veces se cae en la especulación y se sugieren de las
más variadas hipótesis sin siquiera tener datos concretos.
Lo positivo sería
informar cómo y dónde se deben hacer las denuncias, las instancias judiciales,
los lugares de asistencia para las mujeres maltratadas. Y si se trata de buscar
opiniones, consultar a los especialistas en el tema, jueces, fiscales, funcionarios,
legisladores y abogados con vasta experiencia y antecedentes en el tratamiento de
casos de violencia.
Los medios de
comunicación desarrollan una función primordial en la sensibilización y
concientización social de estos temas. Por eso
preguntarnos qué informamos y para qué informamos puede hacer la diferencia.
Sabías qué?
Salta es la segunda
provincia con mayor índice de mujeres golpeadas y femicidios en el país,
después de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Con
el asesoramiento de Matilde Alonso. Directora del Servicio de Asistencia a la
Víctima. Ministerio Público de Salta