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Salmonella
La salmonella es una familia de bacterias de distintos tipos, pero la más frecuente es la que en encuentra en las carnes mal cocidas, los huevos, las mayonesas caseras que no están bien conservadas y las frutas y verduras que no fueron lavadas correctamente.
Una infección por salmonella o
“salmonelosis” se presenta con síntomas como diarrea, fiebre, dolor de
estómago, deshidratación, pérdida de peso y decaimiento general y acelerado. Si
no se trata a tiempo puede llegar a ser un cuadro grave, provocando incluso
hasta la muerte.
La
mayoría de los casos se dan por consumir alimentos de origen animal
contaminado, principalmente huevos, pollo y carne vacuna. También se presentan
por ingerir frutas y verduras que no han sido correctamente lavadas, al tocar
animales domésticos infectados con la bacteria como perros y gatos y al no
mantener el hábito del frecuente lavado de manos.
Cualquier
persona puede contraer salmonelosis cuando entra en contacto con las heces de
animales y humanos infectados, pero los más vulnerables son los niños menores
de 5 años, los adultos mayores y aquellas personas que poseen el sistema
inmunológico deprimido como aquellos que realizan tratamientos para el cáncer o
el SIDA.
El
tratamiento se realiza habitualmente con antibióticos por vía oral o
intravenosa. Por lo general, tiene una duración de 7 días, pero esto puede
variar sobre todo si no fue detectada a tiempo. En los casos más severos puede
ser necesario rehidratar al paciente.
Consejos para prevenir la Salmonelosis
1.Los
huevos pueden venir sucios con las heces de las gallinas, lo que implica que
estamos ante un alto riesgo de contaminación. Por ello se deben lavar muy bien
antes de almacernarlos, y al cocinarlos procurar que las cáscaras estén
limpias, evitando todo lo posible que tomen contacto con el contenido de los
mismos. El huevo mal cocido también puede transmitir esta bacteria.
2.
Las mayonesas caseras pueden ser peligrosas para la salud si no son debidamente
elaboradas y conservadas. El impacto es proporcional a la cantidad de horas en
las que la bacteria estuvo proliferando.
3.
Ser cuidadosos a la hora de salir a comer afuera, optando siempre por
restaurantes que ya conocemos y en los que se prioriza la higiene y la
seguridad de los comensales.
4.
Mantener la limpieza en nuestra cocina y manipular prudentemente los utensilios
como tablas y cuchillos. Lo ideal sería tener una tabla para las carnes y otra
para las verduras.
Sabías que?
La lactancia materna es la mejor forma de prevenir la
salmonelosis en los bebés.
Con el asesoramiento de Paula
Herrera. Médica Infectóloga del IMAC (Instituto Médico de Alta Complejidad)