de compras
¡No hay plata que alcance!
Cuando una familia no administra el dinero de forma eficiente aparecen
serios problemas financieros que atentan contra la tranquilidad y la armonía
del hogar. Comienza el endeudamiento, los ingresos no alcanzan para cubrir ni
siquiera los gastos fijos, ya no hay margen para el ahorro y se vuelve cada vez
más difícil planear, fijar metas y estar preparados para afrontar situaciones
imprevistas.
¿La falta de dinero te ha
desbordado alguna vez? ¿Pasaste noches enteras sin dormir pensando cómo mejorar
el manejo de los recursos en tu casa? ¡No te desesperes! Aquí te damos algunos
tips para que no caigas en la trampa de la mala administración de las finanzas
y te ahorres preocupaciones y perturbadores
dolores de cabeza.
1.
Armar un presupuesto
Confeccionar
un presupuesto que contemple todos los ingresos y egresos que se hacen en el
mes es más importante de lo que pensamos. Poder plasmar esos números en una
libreta, en la computadora o en el teléfono móvil es el primer paso para
organizarnos y tener una idea más certera del dinero que necesitamos para
cubrir las necesidades de nuestro hogar y los fondos con los que realmente
contamos para hacer otro tipo de gastos.
Apuntaremos, entonces, los
consumos fijos (alimentos, servicios, impuestos, cuota del colegio de los
chicos y de la obra social, etc.) y los variables o imponderables. Este simple
registro nos permitirá tener un mayor control de las finanzas y establecer
objetivos para no malgastar.
Si fuera necesario se puede
actualizar el presupuesto semanalmente. Esta simple actividad si bien demanda tiempo
y energía puede hacer una gran diferencia si lo que buscamos es ordenar las
finanzas de nuestro hogar.
2.
Pagar las deudas
Afrontar una deuda es más que el simple hecho de cumplir
con un compromiso que se había adquirido, es también salir de una situación que
te mantiene agobiado. Acumular deudas aumenta el estrés y nos hace vivir en una
constante tensión, más aún si esas deudas van en aumento como puede ser el caso
de las tarjetas de crédito, si no se pagan en tiempo y forma.
Es fundamental, dar prioridad al pago de las deudas aunque tengamos que hacer
ajustes en los gastos mensuales y mentalizarnos de que es mejor frenar ya mismo
una situación que puede convertirse en una bola de nieve imparable e inmanejable
en el futuro.
3.
Ahorrar si es posible
No
siempre hay posibilidades de ahorrar en un hogar y menos en tiempos de crisis
económica, pero cuando resulta viable puede ser muy beneficioso guardar dinero
que pueda ayudarnos más adelante a cumplir metas financieras que tengamos
fijadas, como la compra de un automóvil o el pago de un viaje para las próximas
vacaciones; pero también a hacer frente a un gasto imprevisto que pueda surgir,
como, por ejemplo, la enfermedad de algún familiar.
Tenemos que recordar también
que para ahorrar a veces es necesario hacer sacrificios, no derrochar y
focalizar en las compras que verdaderamente son imprescindibles. Una buena
forma de reservar el dinero es ponerlo en un plazo fijo, ya que esto generará
ganancias extra.
Cuidar el consumo de energía
apagando todos aquellos artefactos que no están en uso dentro de la vivienda,
también se traduce en ahorro.
4.
Consensuar en pareja
Si
bien es común que sea uno de los miembros de la pareja el que se ocupe de la
administración del dinero, es preciso que ambos puedan consensuar los gastos
que se realizan en la actualidad y los que se proyectan efectuar en el futuro.
Fijar objetivos y planificar juntos es el modo de evitar conflictos
financieros.
Cuando se presentan
desacuerdos hay que apelar a la negociación y a la comunicación y entender que
para que una convivencia funcione a veces debe ceder uno y otras veces el otro.
5.
Enseñar a los hijos
Cuando
en la familia hay chicos, vamos a tener que enseñarles a cerca del manejo del
dinero y lograr que entiendan que este no es un recurso inagotable y que no
siempre se puede comprar todo lo que tenemos ganas de adquirir. No debemos caer
en el error de subestimarlos porque los niños de hoy tienen una enorme
capacidad para aprender sobre estos temas.
6.
¡Ojo con las promociones!
Los
comercios intentan atraer al cliente o generar necesidades de compra a través
de promociones que si bien pueden ser muy tentadoras a simple vista, quizás no
son tan convenientes como parecen. Para evitar engaños lo que debemos hacer es
solicitar información al vendedor, comparar precios y no dejarnos presionar
cuando intentan convencernos de comprar generando sensación de escasez. Esto se
produce cuando nos dicen “sólo queda una unidad”, y lo que están haciendo es
apresurar nuestra decisión de compra. El problema es que a veces en el apuro
tomamos malas decisiones de consumo y terminamos adquiriendo un producto o
servicio que ni siquiera precisábamos.
7.
Compras asociativas
Las
compras asociativas son una tendencia por estos días, la gente se ha volcado a
comprar en los comercios mayoristas y en las ferias organizándose en grupos de
amigos o vecinos, para poder llevar grandes cantidades de determinados
productos, especialmente de alimentos y ropa. La clave está en comprar por lote
o bulto para aprovechar el precio mayorista.
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Con
el asesoramiento de Mónica Castro. Contadora.