lactancia
¿Preparada para amamantar?
El último trimestre de embarazo es el periodo ideal para buscar
información y asesoramiento sobre la lactancia materna. Si llega el momento de
amamantar sin una mínima preparación la mamá primeriza no sabrá cómo manejar
ciertas situaciones, ni cómo enfrentar las complicaciones que suelen
presentarse.
Para evitar los
problemas más frecuentes asociados a la lactancia materna, toda mujer
embarazada debería prepararse con anticipación, buscando información confiable
y recibiendo asesoramiento de especialistas en la materia. Es una muy buena
idea concurrir a los cursos pre-parto en lo posible con la pareja, para obtener
consejos que serán de gran utilidad para esta etapa.
Los últimos meses de embarazo son ideales
para comenzar con esta preparación teniendo en cuenta que la futura mamá se
encuentra más receptiva. A medida que se va acercando la fecha de parto se irá
enfocando mucho más en el nacimiento del niño y dejará de prestarle atención a
cualquier otra cuestión.
El primer mes de lactancia no es nada fácil.
Por lo general, el bebé no se prende, los pezones se agrietan y duelen, no se
encuentra la posición más adecuada para alimentarlo y a veces el pudor de dar el
pecho en espacios públicos puede jugar una mala pasada.
La primeriza que no ha recibido una buena
consejería suele cometer algunos errores, utilizando técnicas inadecuadas, lo que a la larga le
traerá complicaciones y pondrá en riesgo la instalación adecuada de la
lactancia.
Errores más comunes
1. No
se coloca al bebé en la posición correcta
2. No
se rotan las posiciones entre una toma y otra
3. El
bebé se prende de la punta del pezón y no abre la boca cubriendo toda la areola
del mismo.
4. No
se busca un espacio cómodo e íntimo para amamantar
En la posición
clásica, se debe colocar al bebé “panza con panza” pero es importante alternar
las posiciones, acostada, invertida o de pelota de rugby, y de transición
(sujetando la cabeza del bebé con la mano contraria al pecho que se le ofrece).
Si las posturas no
varían todo el tiempo entre toma y toma hay más chances de que aparezcan
grietas en los pezones, sobre todo cuando la posición elegida es siempre la
clásica.
Amamantar acostada ya
sea verticalmente o de costado, es decir mamá y bebé en posición lateral es cómodo
y les resulta muy útil a aquellas madres a las que le hicieron puntos después
del parto natural.
La mala prendida es
la principal causa de agrietamiento. Para prevenir estas lastimaduras tan
molestas y dolorosas la mamá puede ayudar su pequeño a abrir bien la boca, tocándole
la pera, rozándole el pezón entre la nariz y el labio de arriba o sacándose una
gota de leche para que la huela, lo que activará su reflejo de succión.
Para que la lactancia
sea efectiva, es fundamental que tanto madre como hijo estén cómodos, sin tanta
ropa o abrigo de por medio ya que así se acortan las distancias y la conexión
es más fuerte.
¿Preparamos los
pezones?
Si bien antes se le
pedía a la embarazada que prepare sus pechos para la lactancia, formando el
pezón o frotándolo con un cepillo de dientes para que la piel se curtiera antes
de que nazca el bebé, hoy los especialistas recomiendan no tocarlos.
El refregar los
pezones de manera excesiva y repetida puede estimular la liberación de
oxitocina, hormona que provoca contracciones y esto puede desencadenar en el
peor de los casos un parto prematuro.
Por otra parte, el
tratarlos con jabón, crema o cepillos puede irritar y lastimar las glándulas
presentes en la areola, responsables de lubricar los pezones durante el
embarazo, otorgarles un olor particular y protegerlos posteriormente cuando el
bebé se prende para alimentarse.
*Con el asesoramiento de
María José Detri. Asesora en Lactancia.