bebés & niños
El llanto del bebé
Su forma de expresarse
El llanto es el único mecanismo, con el que cuenta
el bebé, para comunicar sus emociones y manifestar sus necesidades o deseos. También
es la forma que encuentra para expresar dolor o molestias, llamar la atención y
exigir respuestas inmediatas de los demás. Cada bebé tiene un llanto
característico para cada requerimiento y el mismo puede ser descifrado por
mamá, papá o sus cuidadores. Estudios demostraron que las mujeres, sean madres
o no, son más sensibles al sonido del llanto, que los hombres.
El llanto es la principal forma de
comunicación del bebé. Llora cuando tiene hambre, está irritable, o siente
dolor. La mamá debe aprender a conocer al niño y revisarlo para identificar lo
que le está ocurriendo. El llanto siempre responde a una necesidad.
Las 10 causas de
llanto más frecuentes.
1 “¡Tengo hambre!”
Es un llanto persistente y se calma cuando el bebé está
satisfecho. Si la mamá le acerca la mano a la boquita va a notar que empieza a
succionar y se acomoda buscando el alimento en el pecho materno. Es importante
distinguir el reflejo de succión para saber si el bebé tiene hambre.
2“¿Me cambian los
pañales?”
Suele ser un llanto estridente. Cuando el pañal está
sucio o la colita colorada, el bebé llorará para mostrar su incomodidad. Los
pañales deben cambiarse con frecuencia para evitar irritaciones en una piel tan
delicada.
3“Tengo sueño”
Es un llanto nervioso, el bebé está fatigado y quiere
descansar. Existe un reloj bilógico que debemos respetar. Por las noches el
niño necesita silencio y oscuridad para relajarse y dormir. De esta manera, estará
más despierto durante el día.
Hay algunas técnicas que ayudan al bebé a conciliar el sueño: movimientos y
sonidos rítmicos, música suave y relajante, los latidos del corazón de mamá en
contacto piel a piel, y un baño relajante al finalizar la tarde.
4. ¡Quiero upa!
A veces lo que el bebé quiere simplemente es estar en
brazos, especialmente en los de mamá o papá. Le gusta que lo acunen y lo
abracen. Cuando lo levantamos y deja de llorar, no hay ninguna dolencia, es una
forma de comunicarse, de decir “aquí estoy yo”. Lo ideal es que la mamá siempre
acuda al llamado del pequeño, lo antes posible. No se puede dejar al bebé
llorando porque las cuerdas vocales se irritan y puede aparecer una laringitis.
Es un mito que el bebé que pasa mucho tiempo a “upa” se malcría. Podemos
tenerlo en brazos todo el tiempo que lo necesite, siempre buscando un equilibrio
para el bienestar del niño y de sus papás.
5. ¡La temperatura no
me agrada!
Llora cuando le hace frío o calor. No es conveniente que
el bebé se enfríe o por el contrario que se encuentre sobre abrigado. Para
corroborar si su temperatura es la adecuada lo mejor es usar el termómetro. No
se recomienda medirla, tocando las
manitos o pies del niño, ya que por lo general, los tienen fríos, hasta que
dejan de ser lactantes.
6. ¡Estoy incómodo!
Si el niño no está en una posición cómoda llorará. Lo
mismo ocurre si la ropa que está usando tiene etiquetas o bordados que puedan
rozarlo y molestarlo. Algunos bebés no toleran las prendas de lana o de algunos
materiales sintéticos. También pueden quejarse cuando estuvieron mucho tiempo
expuestos al sol o si los dientes están saliendo, aunque es poco común en los
recién nacidos.
7. ¡Estoy estresado!
El bebé puede llorar cuando hay muchos ruidos o personas a su alrededor. Puede estar estresado
o sobre excitado ante demasiados estímulos y tener dificultad para conciliar el
sueño. Recordemos que la madre también se estresa, cuando el bebé está
alterado. Y lo mismo sucede con el estado de ánimo
de la madre; las emociones se contagian.
Si ella está triste, enojada o preocupada, el niño puede sentir lo mismo y
expresarlo a través del llanto.
8. ¡Me aburro!
La falta de estímulos también afecta negativamente al
bebé. A través de su llanto puede estar manifestando que tiene ganas de jugar o
simplemente reclamando que le presten más atención.
9. ¡Tengo fiebre!
Cuando la temperatura corporal del niño se eleva a 37
grados hablamos de febrícula y cuando supera los 37,8, el pequeño tiene fiebre.
Se pondrá muy en alerta, irritado y estresado. Siempre es recomendable
comunicarse con el pediatra, quien indicará los pasos a seguir. En casa lo que
podemos hacer, es bañar al bebé con agua tibia, poner pañitos mojados en las
axilas, ingle y cabecita y sólo usar medicamentos cuando el especialista lo
recomiende, respetando las dosis indicadas. Si la temperatura excede los 39
grados, hay que acudir de inmediato al especialista, dado que una fiebre tan
alta puede producir “convulsiones febriles”.
10. ¡Me duele!
El llanto es más agudo e intenso. Lo primero que la mamá
debe controlar cuando el bebé llora mucho, es la pancita. El pequeño puede
tener cólicos y sólo se tranquiliza cuando elimina los gases. Podemos ayudarlo
con masajes o bien con la medicación indicada por el pediatra.
El dolor de estómago también puede relacionarse a otras causas como reflujo,
gastroenteritis, alergia a la proteína de la leche de vaca o intolerancia a la
lactosa. Si el llanto del niño es inconsolable, puede estar relacionado a
alguna dolencia o enfermedad, por lo tanto se debe consultar rápidamente con el
médico.
Con el asesoramiento
de Luis Cataldi. Médico Pediatra.