nutrición
Errores en la alimentación complementaria.
El bebé comienza a comer y sin darnos cuenta los papás cometemos
errores que tienen que ver con su alimentación. Prestá atención a estos tips
nutricionales para evitar futuras equivocaciones.
1.
Comenzar
con la alimentación complementaria antes de los 6 meses de vida.
Se recomienda la lactancia materna hasta los
6 meses de manera exclusiva y luego continuarla de manera prolongada junto a la
alimentación complementaria. Pero el error que muchas veces se comete es el de
anticiparse y comenzar a dar alimentos sólidos al bebé, de manera precoz. Todas
las investigaciones realizadas sobre este tema indican que el niño no tiene el
aparato digestivo preparado para recibir otro alimento que no sea la leche
materna hasta los 6 meses.
2.
Forzar
al bebé a comer más cantidad de alimentos de la que desea
Cuando un niño está empezando a comer no
debemos forzarlo a ingerir cierta cantidad de alimentos, sino que tenemos que
dejar que él vaya regulando su apetito. Si comió sólo una cucharada de su
papilla y no quiere más, habrá que respetarlo y darle tiempo. No olvidemos que
pasó seis meses tomando únicamente leche materna y que este es un proceso nuevo
al cual debe adaptarse.
3.
Agregar
sal o azúcar a las papillas
Nacemos con preferencia hacia los sabores
dulces, de hecho la leche materna tiene un gusto bastante dulzón. Por eso, a la
hora de iniciar con la alimentación complementaria conviene empezar por las
papillas dulces, la primera semana con manzana, luego banana y después
incorporar el zapallo y la papa. No es aconsejable agregar sal o azúcar. Si
queremos endulzar la preparación podemos incorporar unas gotitas de leche
materna.
4.
Procesar
sus comidas
No se deben procesar los alimentos, porque
cuando el bebé está aprendiendo a comer debe poder identificar las distintas
texturas y sabores. El alimento cumple una función educativa en esta etapa. Muchos
padres cometen este error por temor a que el niño se ahogue, pero esto no va a
pasar si cortamos los alimentos en trocitos pequeños. Cuando el niño se acostumbra
a comer todo licuado, más adelante no acepta ni siquiera la consistencia
grumosa.
5.
Combinar
los alimentos cuando está comenzando a incorporar los sólidos
Si el niño ya aceptó un alimento como el
zapallo por ejemplo, no conviene combinarlo con otro alimento para que lo coma.
Lo ideal es ir probando uno a la vez, para comprobar si es de su agrado y para
descartar que le provoque algún tipo de molestia como una diarrea o una
erupción. Luego paulatinamente se podrán ir combinando y variando para
ofrecerle diferentes preparaciones.
6.
Darles
alimentos alérgenos antes del año
No
se aconseja dar a los niños antes del año de edad cualquier alimento alérgeno.
Entre ellos se encuentran: el pescado, la clara de huevo, las frutillas, las
moras, el tomate y el chocolate, entre otras. Si en la familia hay antecedentes
de alergias alimentarias conviene incluir estos alimentos más tarde, una vez
que el pequeño cumple un año y medio o dos.
7.
Abusar
de los postrecitos a base de leche y azúcar
Los postrecitos a base de leche y azúcar que
encontramos en todas las góndolas de los supermercados deben incluirse en la
alimentación del niño después del año y de manera esporádica. Tienen un gran
concentrado de conservantes, grasas y azúcares y en la realidad no cumplen con
lo que prometen las publicidades acerca de que contribuyen al crecimiento y
desarrollo saludable. Como opción podemos escoger los yogures de vainilla o
durazno.
8.
El
exceso de gaseosas o bebidas azucaradas
A los chicos les encantan las bebidas
gaseosas y azucaradas como los jugos o aguas saborizadas. Lo ideal es que
puedan disfrutar de estos productos pero siempre con moderación. En ningún caso
se debe situar a un alimento como un premio o castigo, porque generan
asociaciones que se sostienen en su edad adulta y restringen su dieta a ciertos
alimentos, por ejemplo, el brócoli se asocia a un castigo y se lo ve como algo
desagradable y las golosinas se relacionan a una recompensa.
9.
No
cocinar bien las carnes
Comenzaremos
a introducir las carnes a los 8 meses de vida, primero el pollo porque es más
fácil de digerir y luego las carnes rojas las que deberán ofrecerse bien
cocinadas para prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico.
10.
Permitir
que coman sólo unos pocos alimentos de su preferencia
No podemos permitir que los niños sean los
que tomen las decisiones sobre su alimentación. Si damos margen a que esto
suceda elegirán opciones poco saludables y se quedarán con unos pocos alimentos
de su preferencia. Hay niños que aceptan sólo fideos y salchichas y esto puede
deberse a algún conflicto de orden psicológico pero también a que la educación
alimentaria no fue la correcta desde temprana edad.
Con
el asesoramiento de Ruth Mérida. Licenciada en Nutrición.