nutrición
La comida casera es insustituible.
El bebé, desde que está en el útero, conoce los sabores de
la cocina de su casa. A través del líquido amniótico y luego a través de la leche
materna, percibe y disfruta los sabores de los alimentos que come su mamá.
Cuando comienza a incorporar otros alimentos, se le abre un mundo de nuevas
experiencias, descubre olores, sabores, colores y texturas que le dan placer e
inciden en lo que le gustará comer durante toda su vida.
Con el ritmo acelerado de la vida moderna muchas veces se
puede pensar que cocinar es una pérdida de tiempo, algo del pasado o un trabajo
innecesario, ya que el mercado promociona una gran cantidad de opciones de
alimentos listos para comer, incluso para los más pequeños.
Sin embargo, ningún producto envasado sustituye a la comida
casera y el acto de cocinar, que debe mantenerse, siempre que sea posible. La
comida casera es la mejor opción y es insustituible para la salud del niño, la
niña, y de toda la familia.
Al cocinar en casa, el alimento gana un significado que va
más allá de nutrir el cuerpo. Los olores y los sabores de la comida despiertan
emociones, conectan, permiten transitar las prácticas, ritos y costumbres por generaciones,
desde nuestros abuelos y más atrás.
Resulta imprescindible dedicar, en la vida cotidiana, un
mayor espacio para las actividades culinarias, no solo por salud, sino porque
ayuda a interactuar con los demás miembros de la familia, a construir
relaciones más equitativas entre mujeres y varones, y a fortalecer los vínculos.
En esta etapa es clave que toda la familia se comprometa y
participe en la preparación de los alimentos del bebé, que complementarán la
leche de su mamá.
CUANDO COCINAN EN CASA…
·
Pueden decidir los ingredientes y las formas de cocción.
·
Pueden controlar la cantidad de sal, el azúcar y
el tipo de grasa.
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Cocinan sin colorantes, conservantes ni otras sustancias
artificiales.
·
La comida casera amplía el abanico de
alternativas saludables.
Fuente: Unicef.