lactancia
La mejor inmunización
La primera vacuna que recibe el bebé es la leche materna, ya que además de cubrir sus necesidades nutricionales, estimula su sistema inmune protegiéndolo de enfermedades tanto próximas como futuras.
La leche materna tiene componentes que inmunizan al niño de enfermedades que pueden presentarse a corto o largo plazo. Posee inmunoglobulinas que cumplen una función de protección, además de proteínas, azucares y grasas que brindan al niño el mejor alimento para esta etapa de crecimiento. Cuando la mamá está resfriada, por ejemplo, ella produce anticuerpos y se los pasa al bebé a través de la leche para aumentar sus defensas.
Esta protección se observa de manera temprana y continúa en proporción a la frecuencia y duración de la lactancia.
Previene:
1. Infecciones respiratorias (Bronquiolitis, Gripe, Neumonía, Asma, etc.)
2. Alergias
3. Algunos tipos de cáncer
4. Cólicos del lactante
5. Diarreas y enfermedades gástricas
6. Obesidad y enfermedades relacionadas como la hipertensión y la diabetes
7. Enterocolitis necrotizante (destrucción del tejido intestinal, se presenta en el recién nacido, especialmente en el prematuro)
8. Estreñimiento
Los niños amamantados se enferman con menos frecuencia. Se estima que aquellos que son alimentados con leche materna tienen un 50% menos de probabilidades de enfermar en el primer año. La leche humana está constituida por células vivas que van cambiando constantemente de acuerdo a las necesidades del bebé. Si se opta por la lactancia prolongada y el pequeño es amamantado hasta los dos años, durante todo ese periodo su sistema inmunológico se verá fortalecido.
Sabías que?
Cada año, en el mundo se salvarían las vidas 800 mil niños, si se siguieran las recomendaciones de lactancia exclusiva hasta los seis meses de vida. Demorar o restringir la toma de leche materna y sustituirla con otros productos aumenta el riesgo de infecciones, alergias, enfermedades de largo plazo y muerte. Fuente: Unicef.
Con el asesoramiento de Mirta Machuca. Licenciada en Nutrición.