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Lactancia frustrada

Cuando la lactancia materna no se puede establecer genera una enorme angustia y un sentimiento irrefrenable de culpa en la mamá. Es importante no torturarse y buscar apoyo en profesionales especializados en lactancia materna: pediatras, ginecólogos, psicólogos, nutricionistas, enfermeros, o bien consultar en un consultorio de lactancia público o privado.

Los especialistas en lactancia materna recomiendan dar de mamar al bebé, durante los primeros seis meses de vida, de forma exclusiva y luego hasta los 2 años con alimentación complementaria. Los beneficios de la lactancia son innumerables, tanto para el niño como para la madre. La leche materna es el mejor alimento para que el pequeño crezca sano y fuerte, porque además de darle todos los nutrientes y defensas que necesita, fortalece el vínculo mamá-bebé. Por otra parte, previene enfermedades y ayuda a la madre a bajar de peso si es que le quedaron algunos kilos demás al finalizar el embarazo. 

La mayoría de las madres conoce a cerca de las bondades de la lactancia y se prepara para amamantar a su hijo tanto física como psicológicamente. Entonces, cuando por diferentes razones esa lactancia no puede instalarse correctamente, ella se siente angustiada y culposa. El puerperio ya es un estadío en la vida de la mujer, en la que se viven emociones encontradas, la mamá se siente vulnerable, llora y nos sabe por qué, tiene una gran sensación de vacío porque el bebé ya no habita en su vientre como lo hizo durante 9 meses y muchas veces se siente demasiado abatida por el temor a hacer mal su trabajo de mamá. Si a esto le sumamos una lactancia frustrada, posiblemente se perciba a ella misma como una “mala madre” incapaz de alimentar a su niño.

Lo primero que hay que hacer en este caso es no torturarse y hablar con otras mamás que hayan tenido experiencias similares y de esta manera reconocer que no sos la única a la que le pasa. Si ves que no estás pudiendo manejar la tristeza y estás entrando en un cuadro depresivo, lo mejor será buscar la ayuda de un psicólogo, para atravesar esta situación que te está perturbando.

Ahora, cuando la interrupción de la lactancia se debe a que la mamá no sabe cómo darle la teta a su bebé y termina dándose por vencida porque el bebé no se prende o porque considera que tiene baja producción de leche, le decimos que este es un proceso en el que intervienen los dos, mamá y bebé, en el cual hay que tener mucha paciencia y resulta  imprescindible, ya desde el embarazo, consultar a profesionales especializados en lactancia, o concurrir a un consultorio de lactancia público o privado, para estar informadas y más seguras cuando llega la hora de poner al bebé al pecho.

Concurrir a grupos de apoyo a la lactancia también es una excelente opción para bajar la ansiedad, porque te vas a sentir apoyada y contenida por otras mamás que están pasando o pasaron por la misma experiencia. Los cursos pre parto, también  son muy buenos espacios para aprender y despojarse de todas las dudas que surgen, por más simples que parezcan. 


Sabías que?
Si la lactancia no se ha podido instalar de forma exitosa, es muy importante consultar al pediatra para que nos asesore a la hora de elegir la mejor leche para brindar al bebé una alimentación adecuada. 


Con el asesoramiento de Alejandra Cabrera. Licenciada en Psicología. 





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