nutrición
Los beneficios de comer en casa
Compartir la mesa familiar trae
aparejados numerosos beneficios para la relación de pareja, el crecimiento y
desarrollo de los hijos y la unión de la familia. Fortalece los vínculos, ayuda a disfrutar de
los alimentos y contribuye a la organización del hogar. Numerosos estudios
demostraron que los niños y adolescentes que no comen junto a sus padres son
más propensos a los problemas de comportamiento y adaptación.
Quizás en la vorágine en la que estamos
acostumbrados a vivir, no nos detuvimos a pensar que algo tan sencillo y
cotidiano como comer en familia, pudiera reportar tantos beneficios para nosotros,
como para nuestros hijos.
Uno de esos beneficios es el
fortalecimiento de los vínculos familiares. A lo largo de la historia, compartir
con otros los alimentos ha sido señal de dar y recibir afecto, sentirse valioso
para los demás y encontrar otra manera de comunicarse.
La hora de la comida puede convertirse
en el momento más importante del día si los niños aprenden de sus padres a
comer en un clima de amor y serenidad. De esta manera podrán disfrutar de los
alimentos reconociendo olores y sabores que perdurarán en sus memorias. Por el contrario, comer en un ambiente tenso,
en medio de discusiones, gritos, ruidos molestos o música a alto volumen hace mucho
más difícil digerir los alimentos. Recordemos que el estómago es muy sensible a
las situaciones de estrés.
Crear rutinas diarias y establecer horarios
para las comidas es fundamental para que los chicos vayan adquiriendo pautas de
organización y respeto por el tiempo del otro. Una comida no debería realizarse
en menos de 15 a 20 minutos y es bueno masticar lentamente cada bocado. Por eso
se recomienda no apurar a un niño cuando está ingiriendo los alimentos.
No obstante, el ritmo tan acelerado y
los horarios cada vez más ajustados, a menudo hacen que chicos y grandes
comamos rápido y en soledad. De acuerdo a numerosas investigaciones científicas
un niño o adolescente que no come en el hogar con sus padres es más proclive a
comportamientos de riesgo, problemas de adaptación, mayor tendencia al uso del
tabaco, alcohol y marihuana, bajas calificaciones, depresión e intentos de
suicidio. Otros estudios aseguran que el declive de la comida familiar es una
de las causas que ha provocado el aumento de la obesidad, teniendo en cuenta
que la ansiedad y la soledad llevan a comer en exceso. Por otro lado, se ha
demostrado que no comer en familia aumenta el riesgo de padecer bulimia y
anorexia.
Sin dudas, los niños que comen con sus
padres tienen una alimentación más balanceada y desarrollan hábitos más
saludables. Poseen la oportunidad de expresarse, de ser escuchados, de sentir
que sus inquietudes y opiniones son tomadas en cuenta. Los padres tienen la
valiosa posibilidad de transmitir valores, orientar y conocer más a sus hijos.
Sin embargo, un error sumamente común en
estos días es no apagar el teléfono celular y responder a las llamadas mientras
estamos almorzando o cenando. Otra distracción presente en la mayoría de los
hogares es la televisión. Es nuestra decisión dejarlos encendidos o apagarlos,
pero no debemos olvidar que cada una de esas reuniones familiares será única e
irrepetible.
Con el asesoramiento
de Jorge Valdez. Médico Pediatra. MP 2959