de portada
¡Adiós pañales!
Cada niño irá encontrando la forma de dejar los
pañales a su manera y a su tiempo. No se puede precisar con exactitud una edad
adecuada para que los chicos controlen esfínteres. Esto dependerá de su madurez
biológica, psicológica y afectiva. Los papás pueden acompañarlos a transitar
este camino, pero nunca forzarlos o apurarlos a alcanzar el objetivo.
El 90% de los chicos abandona definitivamente
los pañales entre los 2 y 3 años de edad. El tiempo evolutivo en el que se
espera este logro, es muy amplio. Además, el proceso no es lineal, puede tener
idas y vueltas, por lo cual los adultos deberán ser flexibles y pacientes.
Pasados los 4 o 5 años habrá que prestar especial atención y hacer la
consulta médica pertinente.
La
determinación de soltar los pañales incumbe más al bebé que a los adultos. Él
debe estar de acuerdo con iniciar el proceso, porque en definitiva, es quien a
la larga decidirá controlar esfínteres o no hacerlo. Para ello, necesitará cierta fuerza motriz y algo
de vocabulario para poder expresar con palabras lo que necesita, o lo que
siente. Sería ideal que muestre ganas e interés en el tema.
Este
es un cambio que supone toda una novedad y mucho esfuerzo. En una primera etapa
habrá accidentes e incluso retrocesos. Ahí es donde los grandes tienen que
contener y motivar para que el niño no se sienta frustrado y siga adelante
poniendo aún más empeño. Es muy importante que los adultos aprendan a manejar
su propia ansiedad. Compararlos, apresurarlos o reprenderlos puede ser
contraproducente. Se genera un boqueo, que se manifiesta a nivel emocional. Lo
que vamos a conseguir es que ese niño tarde mucho más en controlar esfínteres,
y además lo viva como una experiencia negativa o traumática. Avergonzar o poner
en evidencia al niño delante de otras personas, termina dilatando aún más el
proceso. La mayoría de los chicos tarde
o temprano dejan los pañales, logrando así avanzar un pasito más hacia su
independencia, incorporando límites y
tomando pequeñas responsabilidades.
El
juego es una excelente herramienta para incentivarlos y ayudarlos a conseguir
la meta. Leer un cuento que se refiera a este tema, o llevar a sus juguetes preferidos
al baño a hacer pipí puede resultar una estrategia muy efectiva para llegar a
ellos con sus mismos recursos.
Evitemos
abrumarlos, preguntando con insistencia si quieren ir al baño, estaríamos
provocando una situación de dependencia. El pequeño se desentenderá de sus
vivencias internas y dejará todo en manos de sus cuidadores. Obviamente, podemos
abordar el tema con ellos, para explicarles, reconocer sus miedos y despejar
dudas, pero nuestras intervenciones no deben ser invasivas.
No
es buen momento quitar el pañal cuando está por nacer un hermano, nos mudamos
de casa, se está adaptando a un jardincito o guardería, o bien se presenta una
situación de conflicto en el hogar.
Entendamos que el control de esfínteres es más que dejar los pañales. Es un proceso
complejo y muchas veces desprolijo y ambivalente. Por primera vez el niño se
enfrenta con la necesidad de esperar, retener y buscar un lugar donde evacuar.
Repentinamente, tiene que aceptar que hay normas en nuestra cultura que debe
respetar para ser socialmente aceptado. Es una etapa difícil en el desarrollo
de los chicos, pero con pautas afectuosas e indicaciones amorosas, todo será
más sencillo.
5 Tips para despedirse de los pañales
1.
Respetá las iniciativas de tu hijo y confiá en sus
capacidades
2.
Felicitalo por sus logros
3.
Podés emplear una pelela para empezar si no le agrada el
inodoro.
4.
Las bombachas y calzoncillos descartables pueden resultarte
muy útiles en el período de transición entre los pañales y la ropa interior.
5.
Debe aprender que el lugar para hacer sus necesidades es el
baño y no otros lugares de la casa.
Con el asesoramiento de
Paula Rodríguez. Licenciada en Psicología.