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Diversidad. Distintos e iguales.
Como padres tenemos el
deber de educar a los niños promoviendo la igualdad de los derechos, el
principio de la no discriminación, la promoción de la diversidad étnica y
cultural y la integración social.
Los seres humanos tenemos como
característica innegable la diversidad. Somos diferentes pero iguales en
derechos. Los niños deben aprender a respetar las diferencias, y dejar de lado
los prejuicios. Por eso es muy importante que los padres comprendan que la
única forma de educar es a través del ejemplo.
Si el niño escucha en la casa
expresiones discriminatorias hacia la raza, color, etnia, sexo o religión de
una persona, seguramente lo trasladará a la escuela y lo usará para dirigirse a
sus compañeros de manera peyorativa.
El maltrato físico o psicológico entre
niños en el ámbito educativo es cada vez más frecuente. Ha recibido el nombre
de bulliyng (acoso escolar) y consiste en agredir y menoscabar al otro para
someterlo o amedrentarlo. Es así que muchos chicos son burlados, por su
estatura, peso, dificultades para el aprendizaje, discapacidad, situación
económica, social y familiar, entre
otros.
Esto no sucedería si desde pequeños
todos los niños fueran educados con mayor sensibilidad y tolerancia. Cuando
existe un reconocimiento y una valoración hacia el otro, cuando nos miramos y
nos aceptamos tal cual somos, sólo entonces podemos encontrarnos de verdad y
conocer el significado de la equidad.
¿Qué podemos hacer como padres?
1. Enseñar a nuestros hijos que cada ser es único e
irremplazable
2. Resaltar la belleza de las diferencias en lugar
de juzgarlas de manera despectiva
3. Hablar sobre la discriminación y los prejuicios
con ellos
4. Leer cuentos o ver películas juntos que reflejen
las historias de otras culturas
Con el asesoramiento de Valeria Rodríguez. Maestra jardinera.