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Escuchar música en el embarazo beneficia el lenguaje del bebé
Una reciente investigación realizada en España demostró que
cuando las mujeres embarazadas les cantan a sus bebés o escuchan música durante
la gestación, los pequeños nacen con una mejor capacidad para la codificación
neuronal de los sonidos del habla.
La ciencia ya había demostrado que las experiencias
auditivas fetales dan forma a las preferencias lingüísticas y musicales de los
recién nacidos.
Los estudios de comportamiento mostraron que los recién
nacidos prefieren la voz de su madre y su idioma nativo, e incluso reconocen
historias que solo escuchan durante su estancia en el útero, lo que demuestra
que los bebés responden de manera diferente a los sonidos nativos y no nativos
sólo unas pocas horas después del nacimiento. Del mismo modo, estudios
recientes que utilizaron una variedad de técnicas de neuroimagen, como la
ecografía craneal, la resonancia magnética funcional (fMRI) y la espectroscopia
funcional del infrarrojo cercano (fNIRS), demostraron la influencia de las
experiencias auditivas en el cerebro del recién nacido a través de varios
hallazgos, como hemisferios distintos.
Ahora, un estudio liderado por el profesor Carles Escera,
responsable de Brainlab-Grupo de Investigación en Ciencias Cognitivas de la
Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, el Instituto de
Neurociencias de la UB (UBNeuro) y el Sant Joan Instituto de Investigación de
Déu (IRSJD), se ha confirmado que cuando las mujeres embarazadas les cantan a
sus bebés o escuchan música con altavoces durante el embarazo, éstos nacen con
una mejor capacidad para la codificación neuronal de los sonidos del habla.
LOS RESULTADOS
Los resultados de este artículo, publicados en la revista
Developmental Science, brindan nuevas perspectivas sobre los efectos de la
exposición musical prenatal sobre los estímulos del lenguaje utilizando una
respuesta cerebral específica: la de seguimiento de frecuencia (FFR), un potencial
evocado auditivo neurofónico que informa sobre el codificación neuronal
adecuada de los sonidos del habla. Según las conclusiones, la exposición
musical diaria durante las últimas semanas del embarazo se asocia con una mejor
codificación de compuestos sonoros de baja frecuencia, lo que podría mejorar la
percepción del tono por parte del recién nacido.
El estudio se ha realizado en colaboración con la experta
Maria Dolores Gómez-Roig, jefa de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant
Joan de Déu e investigadora del Instituto de Investigación Sant Joan de Déu
(IRSJD). El estudio cuenta con la participación de la investigadora Teresa
Ribas-Prats (UB-UBNeuro-IRSJD), que ya había trabajado con esta técnica en un
estudio exploratorio anterior en 2019.
La respuesta de seguimiento de frecuencia (FFR) está
condicionada por una variedad de alteraciones del habla y el lenguaje, y se ha
demostrado que se ve afectada por el entorno fetal y el entorno acústico
prenatal. Por ello, los investigadores del estudio proponen que esta medida
podría utilizarse como biomarcador para detectar el riesgo de deterioro del
lenguaje y establecer medidas preventivas en etapas tempranas de la vida.
El estudio se basa en la comparación de registros de FFR en
60 recién nacidos sanos (de entre 12 y 72 horas de edad), incluidos 29 que
estuvieron expuestos diariamente a la música durante el período prenatal y 31
que no recibieron es estímulo. Específicamente, se analizaron las grabaciones
del encefalograma de los bebés para dos incentivos de habla diferentes: el
/da/, el más utilizado en FFR y en la investigación de recién nacidos, y /oa/,
que permite analizar la codificación de frecuencia a la que estuvo expuesto el
recién nacido en el útero.
El estudio revela que la exposición diaria a la música
durante el último trimestre del embarazo se asocia con una codificación más
sólida de los estímulos del habla. La exposición prenatal a las melodías se
vincula con una codificación afinada de la frecuencia fundamental del habla
humana, lo que puede facilitar el procesamiento y la adquisición temprana del
lenguaje. “El estímulo musical llega al sistema auditivo con componentes
rítmicos de baja frecuencia que lo entrenan para organizar la plasticidad
neuronal”, explicó la estudiante de doctorado Sonia Arenillas-Alcón, primera
autora del artículo y miembro del Brainlab—Grupo de Investigación en
Neurociencia Cognitiva.
Los investigadores también encontraron que la exposición a
la música durante el embarazo no tiene ningún efecto sobre la velocidad de la
transmisión neuronal, en contraste con la rapidez de procesamiento de los
estímulos auditivos y del habla identificados en adultos entrenados
musicalmente, que es el resultado de la mielinización de las estructuras
neuronales subyacentes. “Este es solo el primer paso hacia una aplicación
clínica específica tras los necesarios estudios de seguimiento —afirmó Carles
Escera—. Por lo tanto, los niños con una respuesta cerebral atenuada, por
ejemplo, los bebés que nacen con bajo peso, podrían beneficiarse de un programa
de intervención musical”, concluyó.
El presente estudio contó, además, con la participación de
Teresa Ribas-Prats, Marta Puertollano, Alejandro Mondéjar-Segovia y Jordi
Costa-Faidella.