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Inclusión educativa
La Ley Nacional de Educación 26.206 propuso un nuevo paradigma respecto a la educación especial. Hoy ya no se habla de integración sino de inclusión ya que en ninguna escuela o colegio de nuestro país se le puede negar el acceso a niños con discapacidad permanente o temporal.
En
su artículo 42, la Ley Nacional de Educación Nº 26.206, se refiere a la educación especial y establece que “La educación especial
es la modalidad del sistema educativo destinada a asegurar el derecho a la
educación de las personas con discapacidades temporales o permanentes, en todos
los niveles y modalidades. La Educación especial se rige por el principio de
inclusión educativa, brindando una propuesta pedagógica que les permita el
máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de
sus derechos…”.
Si
bien se viene trabajando arduamente desde la sanción de esta Ley y se ha
evolucionado mucho, aún queda mucho por hacer en este camino de la inclusión
educativa. Antes se hablaba de “integración” y bajo este principio se buscaba
integrar al niño que tenía una discapacidad, ya sea en ciertos periodos del año
o incorporándolos a algunas materias en horarios especiales, como música por ejemplo.
Ahora estamos a la luz de un nuevo paradigma “la inclusión educativa” que ya no
divide a los chicos en los “normales” y los que tienen “capacidades
diferentes”. Hoy se considera que todos los chicos son diferentes y que lo
normal es que en una misma aula podamos encontrar a chicos de diversas
religiones y etnias, a chicos más rápidos en el aprendizaje y a otros con
mayores dificultades, como así también a los niños que tienen algún tipo de
discapacidad.
Los
establecimientos educativos no pueden negar el acceso a ningún chico por su
discapacidad. En todo caso deberá preparar a su plantel de docentes, plantear
un proyecto y capacitar al recurso humano para poder realizar un buen abordaje.
La
materia pendiente que tiene el Sistema Educativo es la capacitación destinada
tanto a los maestros y profesores, como a los mismos alumnos para prevenir
situaciones de discriminación y maltrato, y a los padres y la comunidad en
general para que todos estemos informados, porque todos somos responsables de
que la inclusión educativa se respete a lo largo y a lo ancho del país. Los
medios de comunicación tienen una labor fundamental, en este sentido, para
generar un efecto multiplicador de este mensaje.
Es
lamentable ver como los padres de niños con diferentes discapacidades, tienen
que lidiar con las trabas que ponen las obras sociales para brindarles
cobertura, con las escuelas que no quieren recibir a su hijo a causa de su
condición y con las actitudes poco solidarias de la gente, lo que se sustenta
en un problema cultural de falta de educación. Esto ya no puede seguir
sucediendo porque hay una Ley que los ampara y entre todos tenemos que hacerla
respetar.
La
educación inclusiva es aquella que se adapta a las necesidades de educación
especial que pueda tener un niño. Cambia los sistemas y las estructuras,
modifica las imágenes y modelos y hasta reacondiciona las instalaciones, para
hacer un buen abordaje de cada caso en particular.
Este
enfoque se basa en que todos los estudiantes tienen derecho a aprender, a
compartir el aula y a sentir que además de recibir están aportando al resto del
grupo. Uno de los métodos más efectivos para que este aprendizaje sea un hecho
es el juego, ya que permite desplegar la creatividad, la libertad y la
confianza.
Con el asesoramiento de Olga
Nallim. Licenciada en Educación