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Un manual para papá
Nadie dijo que fuera fácil cuidar a
un bebé, pero tampoco nadie te contó de la parte difícil. Al principio esta
experiencia es tan maravillosa como caótica, pero a medida que tu hijo crece,
vos también vas aprendiendo y creciendo como papá.
¿Quién no ha deseado que el
bebé llegue con un manual de instrucciones o un DVD interactivo debajo del
brazo? Sería de gran utilidad para saber cómo actuar ante cualquier
eventualidad y reaccionar de forma correcta cuando sucede algo inesperado.
Pero, lo cierto es que si sos primerizo irás aprendiendo a ser papá sobre la
marcha, pidiendo consejos a los abuelos o amigos que ya son padres, solicitando
recomendaciones al pediatra y devorando cuanto libro o revista sobre crianza se
presente ante tus ojos. Hoy también hay mucha información en Internet, pero hay
que revisar las fuentes, para asegurarnos de que sea verdaderamente confiable.
Incluso existen aplicaciones para teléfonos celulares que permiten a los padres
hacer un seguimiento pormenorizado del embarazo y los primeros meses del bebé.
Todos estos recursos son bienvenidos por los papás modernos, mucho más
involucrados en el cuidado de los hijos y más conscientes del apoyo que necesitan
sus mujeres durante la gestación, el parto y el puerperio.
Hoy el papá tiene una
participación muy activa a la hora de dar de comer al bebé, bañarlo, cambiarlo
o hacerlo dormir. Hasta podemos verlo en la calle, paseando con su mochilita
portabebé, cuando esto era impensado para las generaciones anteriores de
padres. Los nuevos papás se preocupan genuinamente por las emociones del niño y
por brindarles todo el amor y contención que necesite. Tres o cuatro décadas
atrás, el padre se iba a trabajar y todo lo que tenía que ver con la crianza
quedaba en manos de la madre.
No podemos decir que para el
papá sea más difícil que para la mamá el proceso de aprendizaje que conlleva la
tarea de cuidar a un hijo. La experiencia es igual para ambos y lo bueno es que
cuando papá y mamá están juntos se complementan y obtienen buenos resultados
cuando trabajan en equipo.
La idea de que los papás
tienen un instinto que los ayuda a decodificar las necesidades del niño genera
en muchos de ellos una fuerte confusión y una culpa gigante, dado que hay mucha
presión detrás de algunos estereotipos que plantea la sociedad. Por ejemplo, se
piensa que la mamá y el papá deben ser capaces de interpretar lo que su hijo
está pidiendo cuando llora y esto no siempre puede reconocerse. También se
establecen pautas sobre cómo debiera ser la conexión con los hijos, cuando cada
papá irá construyendo su propio vínculo con ellos.
Es importante destacar que
la llegada de los hijos muchas veces aflora cuestiones pendientes que tienen
los padres. El papá anhela ser siempre el papá amoroso, dulce, cariñoso y
contenedor, que adora estar con sus hijos, pero sin embargo le ocurre que
determinadas respuestas emocionales del niño, activan su propia experiencia y
los traumas de la infancia, con lo cual se ve inundando de emociones negativas
que no le permiten ser el papá que quisiera ser todo el tiempo. Por eso es tan
importante, tener la suficiente madurez y compromiso emocional a la hora de
tomar una decisión tan trascendental como la de traer un nuevo ser a este
mundo.
Con
el asesoramiento de Carina Salas. Licenciada en Psicología