embarazo

Anemia y embarazo.

La anemia es una de las complicaciones más comunes en el embarazo. Esta patología afecta a un porcentaje importante de la población y está vinculada a diversas causas, pero en la gestación se debe principalmente a la deficiencia de hierro. Los riesgos en la salud del bebé van desde la falta de oxígeno y posibles problemas cardíacos, hasta nacimientos prematuros y dificultades en el crecimiento.

La cantidad de hierro que el cuerpo necesita aumenta significativamente durante el embarazo. El hierro es fundamental para la producción de hemoglobina, proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y que participa en el transporte de oxígeno hacia otras células.

Una mujer embarazada está anémica cuando no tiene las reservas de hierro suficientes y su organismo deja de producir hemoglobina. Se sentirá agotada físicamente, cansada, débil y desganada. También puede notarse más pálida, más irritable o menos concentrada, que de costumbre. Otros síntomas pueden ser  mareos, vértigo, dificultad para respirar y taquicardia. Entonces el médico indicará un suplemento adicional de hierro.

Para absorber mejor este suplemento se recomienda ingerirlo con el estómago vacío y tomarlo con agua o jugo de naranjas, pero nunca con leche. El café y el té también dificultan la absorción. Aunque hoy existen suplementos más suaves, pueden aparecer contraindicaciones tales como la irritación gástrica, diarrea o estreñimiento. Si al tomarlo produce nauseas lo mejor será hacerlo antes de ir a dormir.

La anemia materna representa ciertos riesgos en la salud del bebé, como falta de oxígeno, problemas cardíacos, partos prematuros y dificultades en el crecimiento. Puede afectar las reservas de hierro del bebé a la hora de nacer, lo cual aumenta el riesgo de que padezca anemia durante la infancia.

La madre anémica sentirá apatía y abatimiento, lo que afectará la forma en la que cuida de ella misma y del bebé. En los casos de anemia grave se incrementa el riesgo de mortalidad materna postparto.

La anemia en el embarazo está ligada en un 60% de los casos, a una nutrición deficiente. Si la embarazada consume alimentos ricos en hierro, difícilmente se produzca la anemia, pero como esto en la práctica no sucede, los médicos deben indicar suplementos a fin de prevenir y evitar los inconvenientes que esta patología provoca.

 

Alimentos ricos en hierro

1.     verduras de hojas verdes

2.     cereales integrales

3.     lenteja

4.     soja

5.     carnes rojas

6.     carnes blancas

7.     ciruelas, higos y damascos

8.     papas con su piel

9.     almejas

10.  frutos secos


Con el asesoramiento de Rosa Labanca. Directora del Centro de Docencia, Asistencia e Investigación de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios. Médica Nutricionista. 





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