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Cólicos del lactante

Los cólicos son un proceso fisiológico natural propio del desarrollo del aparato digestivo del bebé que se suele superar después del tercer o cuarto mes de vida. Ofrecerle al niño un masaje en el vientre durante el cólico puede ayudar a calmarlo.

Los cólicos suelen ser un motivo de consulta recurrente ante el pediatra sobre todo por parte de las mamás primerizas. Los mismos se manifiestan mediante diferentes síntomas durante los primeros meses de vida del bebé presentando su pico máximo entre la sexta y la décima semana. Tienden a cesar o disminuir una vez transcurrido el tercer o cuarto mes.

Lo primero que hay que saber es que los cólicos son normales en un recién nacido porque son parte del proceso madurativo del intestino del bebé. Dentro del vientre materno todos los nutrientes que necesitaba le llegaban a través del cordón umbilical; pero fuera de él tuvo que aprender a alimentarse por sí solo, lo que requiere de un proceso de adaptación en su cuerpo, que puede ocasionarle dolor, molestias e incomodidad.

Un cólico puede durar entre 10 y 20 minutos pero es posible aliviar el malestar del bebé mediante un masaje de forma circular en la pancita  o flexionándole las piernas (ejercicio de bicicleta). Hasta el momento no existe ningún medicamento que haya demostrado ciento por ciento de efectividad en su tratamiento.

Los niños alimentados con leche materna son menos propensos a sufrir cólicos que los que se alimentan con leche de fórmula. La lactancia materna de forma exclusiva por lo menos hasta los primeros seis meses de vida garantiza una mejor digestión y menores probabilidades de padecer alergia a la proteína de la leche de vaca o intolerancia a la lactosa. La leche de vaca simplemente por ser leche de otra especie puede generar en el bebé distención en el intestino o dificultad para digerir alguno de sus componentes.

Otro factor que puede incidir en estos malestares es la técnica de alimentación, el cólico va a estar determinado, por ejemplo, por la cantidad de aire que traga el bebé mientras se alimenta. Cuando el niño es amamantado, la leche sale más fraccionada y el aire que ingiere es mínimo, por el contrario con la mamadera se deglute mayor volumen en poco tiempo y entra más aire, lo que le distiende la panza y le provoca dolor. 

El llanto como forma de comunicación

El llanto del cólico suele ser de desasosiego y siempre va acompañado de incomodidad, malestar y hasta de ruiditos que provienen de la pancita del bebé. Posiblemente nada lo consuele mientras dure el cólico, aunque por lo general después de eliminar gases y alguna deposición, el bebé ya se calma.

Este es un problema que puede volverse crónico, así es que hay que estar muy atentos y llevarlo al pediatra de inmediato cuando los episodios son muy agudos, muy extensos o muy frecuentes.

Sabías qué? 

A pesar de que se realizaron numerosos estudios para determinar las causas de los cólicos en el recién nacido, aún no se pudo descubrir la epidemiología de forma precisa.

Con el asesoramiento de Javier Campos. Médico Pediatra. 





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