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Gripe y resfríos

Las infecciones respiratorias pueden afectar seriamente a niños menores de 5 años y a los adultos mayores de 65, o a aquellas personas que presentan ciertas condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar complicaciones que deriven en formas más graves. Todos los años se verifica un progresivo aumento de estos cuadros en época invernal.

Durante los meses de frío, especialmente en junio y julio, se registra un alza de las infecciones respiratorias debido a la circulación viral propia de la época. Así los consultorios pediátricos, centros de salud y hospitales se ven colmados de bebés y niños enfermos. Entre los cuadros más comunes podemos mencionar las bronquiolitis, gripes y resfríos.

Los síntomas que se presentan, afectando al aparato respiratorio, son generalmente: tos, congestión nasal, estornudos, disfonía, dificultad para respirar, fiebre y malestar general. Como los síntomas son parecidos aunque se trate de distintas infecciones, las mamás suelen tratar siempre de la misma forma al niño para aliviar sus molestias, usando los analgésicos y antitérmicos que tienen a mano. Pero lo mejor sería consultar al médico, para que pueda evaluar tanto los signos generales de la enfermedad respiratoria, como los signos precoces de gravedad. El adecuado diagnóstico puede evitar la excesiva y a veces innecesaria prescripción de antibióticos.

La evolución natural de un refrío común puede llevar hasta 10 días. Durante ese tiempo, se deberá administrar hidratación abundante. Si hay obstrucción nasal se puede ayudar con una o dos gotitas de solución salina en forma local. Para los bebés es muy molesto tener la nariz tapada porque ellos respiran exclusivamente por vía nasal. Las inhalaciones de vapor fluidifican las secreciones y facilitan la eliminación. El uso de los antibióticos en el resfrío no acorta la duración ni previene las complicaciones y puede contribuir a generar bacterias resistentes.

La consulta con el pediatra debe ser inmediata cuando el niño se muestra inapetente, tiene una tos tan fuerte que lo hace vomitar y le provoca un cambio de color en los labios, está pálido, no puede alimentarse o dormir bien, el esfuerzo que hace para respirar es excesivo, se ve un hundimiento en sus costillas, y usa la panza para respirar como si hubiera corrido una maratón. Cuando se produce un agravamiento del cuadro, de estas características, puede ser necesaria la internación, de acuerdo al diagnóstico y tratamiento que indique el especialista.

Prevención


El contagio de gripes y resfríos se produce a través del contacto con las secreciones respiratorias de una persona que padece el cuadro; ya sea a través de las gotitas eliminadas con el estornudo, la tos o al hablar, o por contacto con las superficies contaminadas con dichas secreciones. Por esta razón, las mejores medidas de prevención son:

• Cubrir la boca y nariz al estornudar y toser, utilizando un pañuelo descartable, de tela o el pliegue del codo (no utilizar la mano para cubrirse la boca y nariz y, si lo hace, lavarla después con agua y jabón).

• Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.


Sabías que?
En la Argentina, la mortalidad por enfermedades respiratorias en los niños menores de 1 año es la tercera causa de muerte y en el grupo de edad de 1 a 4 años es la segunda causa de muerte. (Fuente: Ministerio de Salud de la Nación).


Con el asesoramiento de Silvana Fili. Médica Pediatra Neumonóloga.





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