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Hipoacusia

La detección temprana del déficit auditivo es fundamental para lograr exitosos resultados en el tratamiento. Hace unos años, un niño con hipoacusia tenía un futuro incierto. Hoy gracias a las nuevas tecnologías, al trabajo interdisciplinario de profesionales de la salud y la estimulación de los padres se pueden lograr avances antes impensados.

La hipoacusia es la pérdida de la capacidad auditiva y puede ser leve, moderada o severa. Cuando la disminución en la audición es total suele llamársele sordera.


En la mayoría de los casos la hipoacusia acontece en el período prenatal, cuando el bebé está en formación, o bien en el período perinatal, sobre todo en bebés prematuros o niños que tuvieron problemas durante el parto y después del nacimiento.

 

Puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el embarazo, ingesta de medicamentos no prescriptos durante la gestación y la lactancia, entre otros factores. El déficit de audición puede presentarse en cualquier momento de la vida, incluso de forma transitoria.

 

Cuando el diagnóstico se realiza de manera precoz, aumentan las posibilidades de obtener buenos resultados en el tratamiento y rehabilitación. A través de un estudio muy simple que se realiza a los recién nacidos y hasta el tercer mes de vida, es posible detectar tempranamente si existen problemas de audición.  Esta prueba es obligatoria en todo el país, de acuerdo a lo establecido por la Ley Nacional 25.415.

 

Gracias a las nuevas tecnologías y al trabajo interdisciplinario de pediatras, psicólogos, otorrinolaringólogos, fonoaudiólogos y otros profesionales que participan de la terapia auditiva verbal, hay niños que podrán prácticamente volver a escuchar y desarrollar el lenguaje de un modo muy comparable al normal.

 

Los audífonos o implantes cocleares pueden ser de gran ayuda desde el punto de vista médico pero no podrán reemplazar jamás a estímulos como la mirada, las caricias y las palabras de mamá y papá.

 

Un niño con hipoacusia, como única limitante, podrá concurrir a la escuela, acompañado de un auxiliar terapéutico y así integrarse y compartir con otros niños de la clase sin mayores inconvenientes. Este acompañamiento debe ser cubierto por el Estado y las obras sociales.

 

A muchos niños se los rotula por lo que no pueden hacer: “no puede oír”, “no puede hablar”, “no puede caminar”. Pero esos niños pueden hacer muchas otras cosas y esas capacidades constituyen la llamita que permite a los especialistas tratarlos y estimularlos para sacar lo mejor de ese pequeño a pesar de su limitación.

 

Desarrollo de la audición y el lenguaje

Los padres deben estar muy atentos al proceso de desarrollo de la audición y el lenguaje del bebé, y ante cualquier sospecha de que algo no anda bien, realizar la consulta correspondiente con el pediatra.

 

Edad

Avances

0 - 3 meses

  • Responde a ruidos intensos.
  • Reflejos de parpadeo cuando escucha un sonido

3 - 6 meses

  • Se tranquiliza con la voz de la madre.
  • Gira la vista y la cabeza hacia los ruidos.

6 - 9 meses

  • Le gustan los juguetes musicales.
  • Juega emitiendo sonidos con entonaciones.
  • Dice ma pa ta
  • Balbucea

12 - 15 meses

  • Presta atención a su nombre.
  • Empiezan a tener significado sus palabras.
  • Imita sonidos.
  • Puede expresar algunas palabras.

 


Sabías qué?

Uno de cada mil recién nacidos sufre problemas severos de audición, según datos de la Organización Mundial de la Salud


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 Con el asesoramiento de Federico Peruyera. Pediatra y Neonatólogo. Director Médico de la Fundación A.L.A.





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