nutrición
Lo que comen los chicos versus lo que deberían comer
La nutrición infantil es un tema que genera preocupación
en muchos padres, especialmente cuando se trata de equilibrar lo que los niños
quieren comer con lo que realmente deberían consumir para asegurar su
crecimiento y desarrollo óptimos. En un mundo lleno de alimentos
ultraprocesados, azúcares añadidos y tentaciones poco saludables, es esencial
que los padres comprendan las diferencias entre lo que los niños suelen
consumir y lo que necesitan realmente para mantener una salud sólida y prevenir
enfermedades a largo plazo.
Lo que
comen los chicos
En la actualidad, muchos niños tienen una dieta rica en alimentos
ultraprocesados, que incluyen snacks, bebidas azucaradas, productos
empaquetados y comidas rápidas. Estos alimentos suelen ser bajos en nutrientes
esenciales, pero ricos en calorías vacías, grasas saturadas, azúcares refinados
y sodio.
Según estudios recientes, los niños suelen consumir más del
doble de la cantidad recomendada de azúcares añadidos, principalmente a través
de refrescos, jugos industriales, golosinas y galletitas. Esto no solo aumenta
el riesgo de obesidad infantil, sino que también contribuye a problemas como
caries dentales, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares desde temprana
edad.
Por otro lado, la ingesta de alimentos naturales, como
frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, sigue siendo
insuficiente. La falta de fibra, vitaminas y minerales necesarios para el
desarrollo cognitivo y físico de los niños es un problema creciente en muchos
hogares.
Lo que
deben comer los chicos
Para un crecimiento adecuado, los niños necesitan una dieta
equilibrada que les brinde todos los nutrientes esenciales. A continuación, se
destacan los grupos de alimentos que no pueden faltar en la alimentación
infantil:
1. Frutas y verduras frescas: Son fundamentales por su alto
contenido de vitaminas, minerales y fibra. Las frutas como manzanas, plátanos,
naranjas, peras, y verduras como zanahorias, brócoli, espinacas y calabazas
deben estar presentes en todas las comidas. Se recomienda que los niños
consuman al menos 5 porciones de frutas y verduras al día
2. Proteínas magras: La proteína es vital para el desarrollo
muscular y cerebral. Fuentes saludables de proteína incluyen carnes magras como
pollo, pescado, pavo, huevos y alternativas vegetales como legumbres, lentejas
y quinoa. Además, el pescado, especialmente aquellos ricos en ácidos grasos
omega-3, como el salmón, es clave para el desarrollo cerebral.
3. Granos integrales: Los cereales integrales como avena,
arroz integral, quinua y pan integral son ricos en fibra, lo que ayuda a la
digestión y previene el estreñimiento, a la vez que aportan energía sostenida a
lo largo del día. La fibra también juega un papel crucial en el control del
colesterol y la regulación del azúcar en sangre.
4. Lácteos o alternativas enriquecidas: Los lácteos, como la
leche, el yogur y el queso, son fuentes esenciales de calcio y vitamina D,
necesarios para el desarrollo de huesos y dientes fuertes. Para los niños
intolerantes a la lactosa, las alternativas enriquecidas como la leche de
almendras o soya también pueden ser opciones adecuadas.
5.Grasas saludables: Las grasas saludables, presentes en
aguacates, frutos secos, aceite de oliva y pescados grasos, son cruciales para
el desarrollo cerebral y la absorción de vitaminas liposolubles. Es fundamental
evitar las grasas trans y saturadas presentes en productos ultraprocesados.
Cómo lograr el equilibrio
Si bien es normal que los niños disfruten de golosinas y
alimentos menos saludables de vez en cuando, la clave está en la moderación y
el equilibrio. Aquí algunos consejos para ayudar a los padres a guiar la
alimentación de sus hijos de manera adecuada:
-Educación desde pequeños: Los hábitos alimenticios se
establecen desde temprana edad. Incluir a los niños en la preparación de
comidas saludables y fomentar la curiosidad por los alimentos frescos puede
ayudarles a desarrollar una relación positiva con la comida
-Planificación de menús: Organizar las comidas con
anticipación y tener opciones saludables a mano para evitar las tentaciones es
clave. Tener snacks saludables como frutas, yogur natural, nueces o palitos de
verduras listos para comer es una excelente manera de reducir el consumo de
alimentos ultraprocesados.
- Ser modelos a seguir: Los niños aprenden observando a sus
padres. Si los adultos en la casa optan por una dieta equilibrada y disfrutan
de alimentos nutritivos, es más probable que los niños adopten esos hábitos.
- Limitar el azúcar y los productos ultraprocesados: Reducir
la cantidad de alimentos azucarados y ultraprocesados es uno de los cambios más
significativos que se pueden hacer para mejorar la salud infantil. Las bebidas
azucaradas, los snacks y las golosinas deben consumirse esporádicamente y no
deben ser la base de la dieta.
La alimentación infantil debe ser un reflejo de los
nutrientes que los niños necesitan para crecer de manera saludable y fuerte. Si
bien las preferencias por alimentos rápidos y sabrosos son comprensibles, es
fundamental enseñar a los más pequeños sobre la importancia de una dieta
equilibrada. A través de la educación, la planificación y el ejemplo, los
padres pueden asegurarse de que sus hijos no solo disfruten de lo que comen,
sino que también estén obteniendo los nutrientes necesarios para un desarrollo óptimo.