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Año nuevo, bebé nuevo

Una pareja que planea tener un bebé debe tomar la decisión de manera responsable, desde un lugar de madurez y compromiso, teniendo conciencia de lo que significa traer un hijo al mundo. Esta determinación tiene que estar basada en el deseo de ser padres y en el anhelo de dejar de ser dos para ser una familia.

La llegada de un bebé cambia toda la dinámica del hogar en casi un 80%. La recomendación para los futuros padres es que hagan una preparación a través de cursos, informándose por medio de la lectura y si es necesario acudir a un profesional que pueda orientarlos en esta etapa que comienza.

Tener una visión un poco menos idealizada de lo que significa ser padres, será de gran ayuda. Mientras más realista sea la visión, de todo lo que trae aparejada esta responsabilidad, la pareja podrá adaptarse mejor a esta situación.

Este será un tiempo de grandes cambios, tanto en lo personal, como en lo profesional. Dejamos de ser hijos para convertirnos en padres y dejamos de ser pareja para consolidarnos como familia. En el ámbito laboral, sobre todo la mujer se ve afectada debido a que deberá adaptarse a nuevos horarios, pedir licencia en el trabajo o bien abandonar temporalmente su actividad. Cuando los cambios son conscientes son más duraderos, por eso es fundamental tener predisposición para tolerarlos y gran flexibilidad.

Suele pasar que las madres reclamen la falta de cooperación por parte de los padres y que sientan que toda la responsabilidad recae en ellas. Es preciso que los hombres comprendan que toda esta transformación también debe afectarlos a ellos. La clave entonces es la comunicación, poder conversar y redistribuir los roles y los horarios, para que ellos también puedan colaborar con el cuidado del bebé.

El pilar fundamental en cualquier pareja es el diálogo. Es muy importante encontrar el momento oportuno para establecer acuerdos, predispuestos a encontrar soluciones. Las peleas en las que las parejas se recriminan por las impotencias, frustraciones, tensiones y decepciones que han tenido que pasar, no llegan a buen puerto. Lo que hay que lograr es que ese nacimiento haga una cohesión muy fuerte, que cada vez los una más.

La falta de descanso y el agotamiento físico y mental, sumado al estrés de los cambios puede predisponer oscilaciones abruptas en el humor. Es común pasar de la euforia a la tristeza o sentirse irritado sin razón aparente. Lo que debemos hacer es verbalizar lo que nos pasa. Poder poner en palabras lo que sentimos es liberador y ayuda a resolver problemas vinculares. El consejo para los hombres es que oigan a sus mujeres, para ellas a veces basta con sentirse escuchadas y saber que siempre tienen a alguien con quien contar.

Los primeros meses del bebé en casa son un verdadero caos repleto de hermosos y desopilantes momentos. Los papás se adaptan más rápido de lo que piensan y cuando todo se reacomoda, nos queda un gran sentimiento de satisfacción, por haber iniciado este camino de ser padres con respeto, amor y compañerismo.

Sabías qué?
En el mes de diciembre se conciben más bebés que en el resto del año. Esto se desprende de una investigación realizada en Alemania por el Instituto de Investigación Demográfica.

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Con el asesoramiento de Luz Onetto. Licenciada en Psicología.







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