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Obesidad infantil
La obesidad infantil es la epidemia del Siglo XXI. La Organización Mundial de la Salud sostiene que la problemática es alarmante tanto en países desarrollados como subdesarrollados por el sedentarismo y los malos hábitos. En una entrevista imperdible, el doctor Carlos Ubeira, Director del Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales se refiere al sobrepeso infantil y a la importancia de la prevención.
La obesidad infantil es considerada una epidemia en el
mundo?
La Organización Mundial de la Salud considera a la obesidad
infantil como una nueva pandemia. Nuestra región no escapa a esta situación,
aquí vivimos “la transición nutricional” donde la desnutrición y la obesidad,
son los dos extremos. Esto ocurre en países en desarrollo o subdesarrollados y
se debe fundamentalmente a los cambios de hábitos de vida. En estos años se
incrementó el consumo de calorías en la niñez y la primera adolescencia, entre
un 25 y un 30% y a su vez disminuimos la actividad física en un mismo
porcentaje.
¿Cuándo se considera que un niño es obeso?
Hay una relación que se llama Índice de masa corporal, es la
relación del peso y la talla, si este porcentaje pasa los 25.5 es sobrepeso,
cuando pasa los 29.5 es obesidad y cuando pasa los 35 es lo que llamamos
obesidad mórbida. Estos niveles los debe establecer el pediatra. Los médicos
debemos controlar en los bebés, el peso, la altura y las vacunas. Debemos estar atentos a todos los factores
para prevenir posibles trastornos de la alimentación.
¿Qué cambió en nuestra alimentación?
Con la modificación de nuestros hábitos de vida viene la
modificación de nuestros hábitos alimentarios. Es más económico consumir 1.000
calorías por medio de productos industrializados, como el arroz, los fideos y
otros, que a través de las verduras y las frutas. Esta alteración está
vinculada a un problema económico, a la
ausencia transitoria de los padres por motivos laborales y a la falta de tiempo
para la elaboración de los alimentos.
¿La obesidad en un bebé lo predispone a esta enfermedad en
su vida de adulto?
Debemos hacer una diferenciación de la obesidad: la que se
da antes de los tres años y la que aparece después de los tres años. Se calcula
que el capital de tejido graso, concretamente el número de adipositos llega a
su punto de evolución hasta el tercer año de vida, después de esta edad crecen
en tamaño estos adipositos. Por lo cual la obesidad temprana es mucho más grave
para el futuro de la salud de ese niño. Por eso el cuidado debe iniciarse desde
pequeñito. Un bebé de un año y medio que es obeso estará marcado biológicamente
como un potencial obeso.
¿Cuáles son las enfermedades ligadas a la obesidad?
Las enfermedades que están ligadas a la obesidad son la
diabetes, la hipertensión y colesterol alto que enferma las arterias y esto
conlleva a infartos y accidentes cerebro vascular. Antes solíamos ver que estas
enfermedades se daban después de los 30 años, ahora lo observamos en niños y
adolescentes. En Estados Unidos se están duplicando y hasta triplicando los
niveles de diabetes en la población infanto-juvenil.
¿Cómo prevenir la obesidad en los niños?
Debemos revisar nuestros hábitos de vida. Vivimos en una
sociedad que cambió, tenemos que eliminar el sedentarismo, buscar la forma de
que nuestros hijos incrementen la actividad física cotidiana. En países
desarrollados la sociedad premia las horas de calidad física que tienen los
chicos. Es importante no premiar a los chicos con golosinas ya que el niño
asocia el placer con la gratificación de algo dulce y eso queda gravado hasta
la adultez. Otra cuestión fundamental es la rutina alimentaria y la comida en
familia
¿Cómo afecta a los chicos el consumo de gaseosas?
Las gaseosas son un veneno para los chicos porque aportan
calorías vacías, hidratos de carbono de rápida disponibilidad, que el organismo
convierte rápidamente en grasas en el cuerpo. Por cada litro de gaseosa se
consumen 400 calorías.
¿Cuál es la situación en nuestro país?
La última encuesta nutricional a nivel nacional, que se hizo
en 2006, dio un nivel de obesidad y sobrepeso en el orden del 14 al 16% en la
población infanto juvenil y de 20 por ciento en adolescentes. Es preocupante,
porque va creciendo año a año, es un problema que hay que abordarlo con
conciencia, con políticas públicas que impliquen recuperar hábitos saludables
como hábitos de vida.
¿Cómo abordar la recuperación de un niño con sobrepeso?
A través de la consulta con el médico, una dieta regulada
por un nutricionista y actividad física. Lo más importante es extirpar los
malos hábitos alimentarios del hogar. Si no hacemos un verdadero cambio como
familia, la obesidad va a seguir instalada, con toda la carga de frustración
que esto implica. Cuando la familia acompaña la recuperación es concreta y
duradera.