padres
Infidelidad cuando hay hijos
La infidelidad en una pareja tiene otros alcances y consecuencias cuando hay hijos ¿Será que el infiel está traicionándose a sí mismo y a su proyecto de familia? ¿Cómo impacta en los niños y adolescentes enterarse de este tipo de situaciones?
Cuando alguien es infiel, en
realidad está siendo infiel a sí mismo y a su proyecto de vida, no es honesto
respecto a lo que plantea como una relación de pareja.
Esto no sucede cuando los
acuerdos en las parejas son claros y específicos respecto a lo que cada uno
está dispuesto a entregar y compartir, ya sea en cuestión de tiempo, amor,
dedicación o lealtad.
La infidelidad está
relacionada con la falta de palabra, con no cumplir con el compromiso asumido
inicialmente. Es por eso que resulta de suma importancia que seamos precisos en
cuanto a lo que esperamos de una relación, y el tipo de relación que queremos
tener.
Cada uno debería escribir
sus votos para el matrimonio, porque no todos están dispuestos a comprometerse
hasta la muerte, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza.
Algo más realista y sincero sería por ejemplo: “Te elijo en este momento como
persona y quiero compartir mi proyecto de vida con vos” o bien “tengo un
proyecto de vida y la pareja tal o cual espacio en mi vida”.
Es común que la persona a la
que le fueron infiel sienta vergüenza y una profunda sensación de pérdida, sin
embargo a medida que el tiempo pasa, o si lo trata con un psicólogo, irá
entendiendo que todo lo vivido es ganancia, porque es un aprendizaje, una
experiencia que se queda para siempre con esa persona. Poco a poco entiende que
esa inversión de amor no le resta a quien lo da, sino a quien no sabe
retribuirlo.
Los alcances y consecuencias
de una infidelidad en la pareja van mucho más allá cuando hay hijos, sobre todo
si los chicos quedan en el medio de resquemores. Lo ideal es evitar usar a los
niños como caballitos de batalla. Los hijos sienten un gran dolor cuando
conocen una situación de infidelidad entre sus padres, sobre todo en la etapa
pre-sexual porque no entienden las razones por las que buscaron a otras personas.
Esto tiene mucho que ver con
el tabú de la sexualidad, mientras más lo hablamos y más lo conocemos se
entienden mejor estas cuestiones, podemos manejarlas mejor o detectar el
verdadero interés que hay en el otro. Es fundamental hablar con los chicos de
educación sexual desde muy pequeños. Los ayuda a ordenar la energía vital y
llegar a la adolescencia con un mayor autoconocimiento que les permite
reconocer y expresar sus emociones. Serán capaces de indicar con exactitud,
quiénes son, qué quieren y hacia dónde van, lo cual es muy beneficioso para el
establecimiento de los vínculos.
Podrán aprender desde
temprana edad que hay una diferencia entre el amor y el enamoramiento (que
luego se transforma en otro tipo de amor más ligado al apego) y una necesidad
sexual ligada con el placer químico. Observarán también que lo ideal es vivir
el amor de una forma integral, cuando se puede amar mucho a una persona y
enamorarse sexualmente de ella también. Lo más bonito es vivir el amor,
entregando todo tu ser, sin traiciones, mentiras, engaños u ocultamientos.
Con
el asesoramiento de Ramiro Iglesias. Licenciado en Psicología