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Virus del Papiloma Humano

El VPH o HPV es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente y está asociada a la aparición de cáncer cervicouterino. Se contagia a través del contacto piel a piel, no es necesaria la penetración, ni el intercambio de fluidos. Por tal motivo, el preservativo que es un método de barrera eficaz para prevenir el HIV y la mayoría de las ETS, no resulta eficiente para prevenir el Virus del Papiloma Humano. 

Cuando nos referimos al  Virus del Papiloma Humano estamos hablando en realidad de una enorme familia de virus. Se calcula que existen cerca de 150 tipos y un gran porcentaje de éstos afecta la zona genital y/o anal. Se los divide en dos grandes grupos:

- De bajo riesgo oncogénico: se asocian a las lesiones benignas como las verrugas que pueden ser molestas y causar la aparición de infecciones colaterales.

- De alto riesgo oncogénico: Se asocian a las lesiones precancerosas. El cáncer más frecuente causado por los VPH oncogénicos es el cáncer de cuello de útero en la mujer. Los demás tipos de cánceres relacionados con el VPH (pene, ano, garganta, etc.) son menos frecuentes.

Afecta más a las mujeres que a los hombres. Un 80% de la población femenina tendrá contacto con alguno de estos virus, por lo menos una vez en su vida. En los varones hay menor incidencia pero ellos actúan como agentes de transmisión. Como a veces es asintomático, una persona puede contagiarse de un compañero sexual, no estar consciente del contagio e infectar a una tercer pareja.

El virus no solamente está presente en los fluidos sino que además está en la piel, razón por la cual el preservativo no es suficiente para prevenir la enfermedad. El condón es un método que sirve perfectamente de barrera para el VIH, gonorrea, clamidia y otras ETS, porque en estos casos los agentes infecciosos están en los fluidos. En cambio el VPH puede estar en la piel del escroto o del monte de venus, por ejemplo. También, puede contraerse por sexo oral. Es sumamente transmisible y una vez que se adquiere no se va más. Los médicos pueden curar las lesiones que provoca el virus pero no pueden eliminarlo del cuerpo del paciente una vez que se instaló.

VPH y Cáncer
Diversos factores inciden en la aparición de un cáncer, pero es cierto que tener VPH es una condición predisponente. Muchas personas tienen el virus, pero no van a desarrollar cáncer en toda su vida. Lo que hay que saber es que si se suman otros factores como fumar, estar mal nutrido o tener muchos partos, entre otros, el riesgo de que aparezca una enfermedad oncológica es mayor.

En una paciente que padece cáncer de cuello uterino, cuando estamos ante la presencia de síntomas como el dolor o las hemorragias es porque la enfermedad ya invadió el cuello uterino y en ese estadío el médico indicará tratamientos agresivos como la quimioterapia o la radioterapia  Por eso, es importante llegar antes, haciendo un Papanicolaou por año y si el médico lo indica también una Colposcopía. Hay lesiones previas al cáncer que pueden detectarse con estos estudios y que pueden tratarse a tiempo, ya sean leves, moderadas o graves, impidiendo que avancen acarreando más complicaciones a la paciente. Cabe aclarar que no siempre estas lesiones terminan convirtiéndose en cancerosas pero es importantísima la detección precoz. Una vez diagnosticado el VPH, los controles deben ser más frecuentes, semestrales o cuatrimestrales según lo determine el médico.

La vacuna
A través de una gran investigación se logró establecer que entre un 85% y un 90% de los pacientes con cáncer de cuello uterino tenían este virus. Por eso se empezaron a fabricar dos vacunas con el objetivo de prevenir posibles infecciones.

Una de estas vacunas contra el VPH está incluida en el Calendario Nacional y se aplica a las niñas de 11 años. Lo que se procura es llegar antes del primer contacto sexual y se presume que esta es una edad en la que la inmensa mayoría de la población femenina no ha tenido todavía relaciones sexuales.

Transmisión durante el parto y el embarazo
Es muy poco frecuente que la madre transmita el VPH a su bebé durante el embarazo y el parto. Se sabe que el virus puede traspasar la placenta, pero igualmente son excepcionales los casos de  niños que nacen con lesiones por esta razón. Las lesiones que pueden llegar a manifestarse en recién nacidos a causa del VPH son las verrugas alojadas en las cuerdas vocales. Esto le provoca un estridor laríngeo, el bebé hace un ruido muy raro y tiene dificultad para respirar.

Por otra parte, se puede transmitir el virus al bebé en el canal de parto cuando hay lesiones activas. Pero esto sucede en 1 caso cada 20.000. Teniendo en cuenta esta relación estadística, que una mamá tenga VPH no es razón suficiente para indicar inexorablemente una cesárea. Ahora, si esa embarazada tiene lesiones de gran tamaño en la vagina, la bulba o el cuello del útero, el especialista programará seguramente una cesárea sabiendo que puede producirse un sangrado abundante y esto a su vez pondría en riesgo la vida de la madre.


Con el asesoramiento de la Dra. Cristina Sánchez Wilde. Médica ginecóloga, obstetra. 

 





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